“El 30 llegamos a Panamá. La ciudad tiene algunas cosas interesantes, Balboa la pequeña ciudad americana es preciosa. Lindas casitas construidas contra los ardores del clima, entre jardines sombreados por hermosas palmeras y bosques cultivados con esmero, donde cada árbol en una placa tiene con su nombre y la fecha en que [fué] plantado, nos dan una idea del carácter de los americanos. Si aquí pudiera prescindirse del calor sería un paraíso. En Panamá, es donde uno puede darse cuenta de la magnitud de la pérdida de Colombia, pero también de que la obra maravillosa del canal jamás habríamos podido llevarla a cabo por falta dinero” (Arango 02).

The Miramar Club; Bella Vista beach, R.P.