“No reconocer el arte textil, es no reconocer el arte tradicional”
Carmenza Kafarela
El arte textil en Colombia comienza a ser visto en la mitad del siglo XX, luego de que el tapiz lograra adquirir categoría de obra de arte dejando atrás su peyorativa conexión con la artesanía. [1] Por esta razón, no es sorprendente que el arte textil fuera confundido por la moda o la artesanía, debido a que las personas desconocían esta forma de arte.[2] No obstante, gracias al momento en el que el artista se dio a la tarea de mostrar su sello creador, la concepción de producto artesanal adquiere otro sentido y dimensión.
Precisamente las pioneras en iniciar el camino del tejido colombiano como forma artística fueron: Marlene Hoffmann, Olga Ceballos y Graciela Samper en 1956. Esto se puede observar por la apertura de talleres como Amaral, Xuw y Tejidos Stella, en donde incursionaron en el mundo del tejido como arte y en la producción de telas en ambientes decorativos. Además, ayudaron a diversificar su producción e impulsaron a nuevos artistas a involucrarse con esta expresión artística.
Posteriormente, el tejido comenzó a integrarse como disciplina dentro de la enseñanza de universidades colombianas, lo que se denomina actualmente “Diseño Textil” en el ámbito académico. En un principio, tuvo un desarrollo fundamental dentro de la Universidad de los Andes, lo que llevó a que se denominará el programa en 1968 como “Taller de Tejidos”. El director a cargo de la universidad, Juan Antonio Roda, nombró a Olga Amaral como profesora para desarrollar esta labor. Desde sus inicios, Amaral propuso formar artistas tejedores dentro del medio universitario. Precisamente, fue Amaral junto a su hermana Helena Ceballos las pioneras en la enseñanza del tejido en una universidad y las principales profesoras que incentivaron el gusto por las fibras y el tejido en sus alumnos.

Más adelante, con la reapertura del programa de arte en la Universidad de los Andes, se conformó el taller de “Textiles”, logrando ser el primero en Latinoamérica en convertirse en una disciplina formal dentro de una universidad. Este taller integró la concepción humanística y se remontaba a tradiciones profundamente colombianas como la expresión artesanal, los tejidos precolombinos y el tejido como patrimonio vivo.[3] Por lo que no es casualidad que la formación universitaria en Colombia sea clave para la integración y el apoyo de la industria y el artesanado. Esto se puede observar en el creciente número de talleres manuales en la industria textil a gran escala, que han hecho que Colombia se caractericé por esta labor desde el siglo XX.

En este mismo sentido, es imposible no relacionar esta enseñanza con las preocupaciones estilísticas y temáticas del país, en las que a pesar de que se estaban desarrollando nuevos lenguajes de expresión artística, se intentaba retratar la esencia de lo propio. Lo que logró que se alejara la idea del estudio euro-centrista que tienen los países latinoamericanos hacia el arte. El hecho de que una universidad colombiana se apropiara de las prácticas ancestrales y las mostrará como un oficio formal, hizo que se resignificara y tomará más valor esta concepción. Esto se debe, a que algunos artistas colombianos inmersos en el reconocimiento de su entorno no parecían estar exclusivamente interesados en los movimientos vanguardistas.
A pesar de la constante curiosidad por el arte internacional, muchos artistas optaron por enriquecer su mirada con referentes cercanos[4]. Además, los artistas colombianos buscaron concebir un concepto tradicional dentro de la región, la sociedad, el paisaje, la fauna y la flora. De la misma manera, esta influencia del querer resaltar lo propio en las creaciones textiles se encuentra reflejada en los jóvenes artistas. Ya que luego de graduarse de arte, incursionaron en el diseño textil, la moda, la investigación, la tapicería y en la divulgación de esta nueva forma de arte y expresión del hombre.

La enseñanza en Colombia sobre el diseño textil ha logrado ser experimental y salir de lo cotidiano, a diferencia de países como Brasil, Argentina y Chile, donde se enseñó solamente el tejido en el tapiz porque se desconocían por completo las técnicas y las características del tejido plano, tal como lo indica Maria Teresa Guerrero[5].
No obstante, se puede observar en algunas exposiciones que los estudiantes colombianos también estaban interesados en experimentar con técnicas del tejido tradicional, logrando acercarse a manifestaciones antiguas como la vida en el campo o los tejidos dados por las comunidades indígenas. Tal es el caso de la exposición de textiles en La Previsora de Seguros de Bogotá en 1983, donde se encontraban obras de estudiantes uniandinos, entre las cuales se exhibieron tapices tradicionales y algunas esculturas de tejidos que adquieren formas abstractas y figurativas.

Es de esta forma que el arte textil adquiere un concepto moderno que desata la necesidad de transformar las formas vistas de la fibra ancestral, para convertirse en una forma de arte experimental que no se aparte de sus tradiciones, lo cual es fruto de las influencias de la academia. En algunas ocasiones, los artistas continuaron con la tapicería ligada al muro, pero también con el deseo de desprenderse de este y convertirlo, en algunas ocasiones, en esculturas tejidas. Junto a la variedad de técnicas y materiales, el concepto textil obtiene una dimensión mayor, amplia y de grandes diferencias estilísticas.
Bibliografía:
Fondo: Departamento de Arte Catálogo
Jaramillo, Carmen y Suárez, Sylvia. “Clásicos, experimentales y radicales 1950 – 1980”. Banco de la República. Acceso el día 16 de octubre de 2020. https://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/clásicos-experimentales-y-radicales-1950-–-1980
Guerrero, María Teresa. “Origen del arte textil colombiano contemporáneo”. Universidad de los Andes. (2009): 82-93. https://www.researchgate.net/publication/26498393_Origen_del_arte_textil_colombiano_contemporaneo
Imagen destacada: Estudiantes textiles Escuela de Bellas Artes, 1983. Fuente: BADAC, colección fotográfica.
[1] María Teresa Guerrero. “Origen del arte textil colombiano contemporáneo”. Universidad de los Andes. (2009): 83-84. https://www.researchgate.net/publication/26498393_Origen_del_arte_textil_colombiano_contemporaneo
[2] https://cartelurbano.com/arte/arte-textil-ni-moda-ni-artesania
[3] Fondo: Departamento de arteDescripcion_del_programa_de_Textiles
[4] Carme Jaramillo y Sylvia Suárez. “Clásicos, experimentales y radicales 1950 – 1980”. Banco de la República. Acceso el día 16 de octubre de 2020 https://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/clásicos-experimentales-y-radicales-1950-–-1980
[5] Guerrero. “Origen del arte textil colombiano contemporáneo”, 88.