Por Andrea Bárcenas Rincón Beatriz González es una pintora e historiadora santandereana nacida en 1932, estudió Bellas Artes en la Universidad de los Andes y es una de las artistas colombianas más reconocidas en el momento. Su obra sobresale por sus representaciones tanto de pinturas reconocidas de otros autores como de iconografías populares colombianas.
Los referentes de González son símbolos religiosos e imágenes que circulan en medios de comunicación, como recortes de prensa, los cuales plasma en sus pinturas o dibujos. Según su testimonio, su arte se divide en dos etapas, antes de la toma del Palacio de Justicia, cuando presenta una denuncia irónica a través de sus obras y después de la toma, cuando el tono de su denuncia cambia y critica la violencia de Colombia a partir del dolor.
Ya sea con un tono burlón o solemne, Beatriz González evidencia la violencia del día a día en Colombia y a través de su obra convierte fotografías de prensa en un ícono, denunciando la situación para que no sea una noticia efímera, sino un símbolo que perdure.
¿Cuál es la historia detrás de sus pinturas basadas en recortes de prensa? Aquí te contamos algunas.
Advertencia: Aunque estas historias son extraídas de la realidad colombiana, su contenido puede ser muy fuerte para algunas personas, por lo cual recomendamos discreción.
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1. Los suicidas del Sisga No 1
Los Suicidas del Sisga No 1, Beatriz González, óleo sobre lienzo, 1965 / Recorte de «Doble suicidio en El Sisga», periódico El Tiempo, 29/06/1965 Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Esta es la obra más reconocida de Beatriz González, que marca un comienzo de los recortes de prensa y la exploración en torno a la violencia social. Una pintura que representa a dos jóvenes, Antonio María Martínez de 25 años y Tulia Vargas de 20 años, con una gran sonrisa en el rostro, una vestimenta elegante y unas rosas en sus manos. Pareciera que estuvieran asistiendo a su matrimonio por la felicidad que transmiten, pero, en realidad, su sonrisa se debe a que sabían que en poco tiempo no estarían más en este mundo.
Antonio y Tulia se suicidaron en 1965 en la Represa del Sisga, dejando unas cartas junto a esta fotografía para sus familiares. Hay distintas versiones del motivo del suicidio, ciertas personas afirman que fue por amor, porque sus familias no estaban de acuerdo con la relación y así fuera vivos o muertos preferían estar juntos.
Otros investigadores sostienen que fue por razones con un trasfondo mucho más religioso. Aseguran que Antonio convenció a Tulia de que el mundo estaba lleno de pecado y era preferible morir antes que sucumbir. Unos dicen que Tulia, por el amor que le tenía a Antonio, estuvo de acuerdo con sus palabras y se convenció de que solo encontraría la felicidad eterna más allá de la vida. Otros dicen que siguió los pasos de Antonio y terminó encontrándose con la muerte aunque esta no fuera su voluntad.
2. Yolanda en los altares
Yolanda en los altares, Beatriz González, óleo sobre lienzo, 2009 / Recorte de “Arranca juicio clave de crímenes por tierras”, periódico El Tiempo, 29/11/2010. Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Esta obra hace parte de una serie cuyo referente es la lideresa campesina Yolanda Izquierdo, representante de los campesinos de Córdoba y Urabá, quienes luchaban para que les devolvieran sus tierras, que fueron robadas por un grupo paramilitar. Sin embargo, en 2007 el mismo grupo la mató, buscando silenciarla y acabar con su lucha.
Aunque esto sucedió hace 14 años, los líderes sociales como Yolanda siguen siendo asesinados en la actualidad. Según los registros de Indepaz, han asesinado a 22 líderes sociales y defensores de derechos humanos en lo que llevamos del 2021.
3. Minimina
Minimina, Beatriz González, óleo sobre tela, 2010. / Recorte de » Martha nunca quiso abandonar la montaña donde la mató una mina», periódico El Tiempo, 03/02/2008 Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Esta obra está inspirada en un recorte que parece totalmente inofensivo, ya que solo vemos a una joven sentada en un muro de piedras. Sin embargo, la historia detrás de esta imagen es desgarradora, porque Martha, una joven vallecaucana de 31 años quien se encuentra en la foto, murió por el impacto de una mina antipersonas con la que se encontró accidentalmente.
Las autoridades afirman que la mina fue dejada ahí por algún grupo armado, las FARC o los paramilitares. Lo más triste de esta historia es que Martha falleció con su bebé de 9 meses aferrado a sus brazos y con otro de 3 meses en su vientre. Esto puede verse representado por los zapatitos de bebé arriba de Martha, que encontramos en la obra de González.
4. Las delicias 2
Las delicias 2, Beatriz González, óleo sobre lienzo, 1996. / Recorte de «Las matanzas, un misterio…». periódico El Tiempo, 15/08/1996. Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Esta obra nace de un recorte donde vemos a una familiar de una víctima de la masacre de Chigorodó, en la cual murieron 18 personas tras haber sido sorprendidas por un grupo armado cuando estaban bailando en un bar. Fue una masacre donde los disparos se mezclaron con la música de vallenato que sonaba en el lugar.
La pintura hace parte de una colección denominada Las delicias, donde González retrata e inmortaliza el sufrimiento en la cara de los familiares de las víctimas. Estas expresiones manifiestan un dolor profundo que podemos seguir viendo hoy en día en Colombia.
5. Máteme a mí que yo ya viví
Máteme a mí que yo ya viví, Beatriz González, óleo sobre lienzo, 1996 / Recorte de: “Temen el regreso de los ‘encapuchados’”, periódico El Tiempo, 21/06/1996. Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Finalmente, tenemos una obra que es muy interesante, porque, aunque se basa en un recorte donde vemos a una señora llorando por un familiar asesinado en una masacre de 6 personas en Cartagena, el título de la obra se refiere a otro recorte que tenía González con un artículo denominado “Mátenme a mí que yo ya viví lo suficiente”.
La noticia relata un asesinato en Medellín, donde un grupo armado entra a una casa buscando matar a una señora y a su hija, pero sorprenden a la abuela, quien les pide que le perdonen la vida a su hija y a su nieta y la maten a ella, porque “ya vivió lo suficiente”. Sin embargo, la única sobreviviente es la abuela.
El hecho de que la pintura esté inspirada en dos historias distintas nos permite ver que el dolor y el sufrimiento es transversal a todas las regiones de Colombia y a todas las escenas de violencia que tenemos.
Esta es solo una selección de las pinturas de Beatriz González, si quieren consultar otras obras basadas en recortes de prensa, les recomendamos que visiten el Catálogo razonado en línea de Beatriz González.
Imagen destacada
Máteme a mí que yo ya viví 4, Beatriz González, óleo sobre lienzo, 1997. Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Referencias
“El arte y el dolor de Beatriz González” Noticias Caracol. (04/06/2009) Entrevista.
Informe de masacres en colombia durante el 2020 – 2021. Indepaz, 2 de febrero de 2021. Recuperado de: http://www.indepaz.org.co/informe-de-masacres-en-colombia-durante-el-2020/
“Líderes sociales, defensores de dd.hh y firmantes de acuerdo asesinados o desaparecidos en 2021”. Indepaz, 2 de febrero de 2021. Recuperado de: http://www.indepaz.org.co/lideres-sociales-y-defensores-de-derechos-humanos-asesinados-en-2021/
“Mátenme a mí que ya viví lo suficiente”, periódico El Tiempo, 03/04/1997. Fuente: BADAC. Catálogo razonado en línea de Beatriz González
Meneses, Felipe. “Los suicidas del Sisga. La artista colombiana retrata un suceso local que hoy roza lo mitológico.” Historia/arte. (2018). Recuperado de: https://historia-arte.com/obras/los-suicidas-del-sisga