La vida de Marta Traba atravesó una buena parte del siglo XX: desde la crisis económica mundial que inició con la caída de la bolsa en 1929 y la segunda guerra mundial, hasta las dictaduras en América Latina y la revolución cubana. Su vida se vio afectada por momentos de censura y algunas acusaciones políticas, lo cual la llevó a una especie de autoexilio permanente, moviéndose entre tres continentes: nacida en Argentina, en donde pasó su infancia y adolescencia, hizo estudios de historia del arte en Francia y vivió en Italia durante la posguerra, estableciéndose en Colombia en 1954 en donde inició una intensa labor pública en la crítica, docencia y gestión cultural. Se fue de Colombia en 1969 con su segundo marido, Ángel Rama, con quien vivió en Uruguay (1969-73) y en Venezuela a partir de 1973 a raíz del golpe militar en Uruguay. Después de unos años de labor académica en Estados Unidos (1979-1982), en donde les fue negada la residencia por supuestos vínculos comunistas, se trasladaron a París, en donde pasaron el último año de sus vidas. Además de hacer énfasis en algunos acontecimientos políticos que marcaron este periodo, esta línea de tiempo incluye obras del arte que representan hitos en la historia del arte colombiano y que fueron, a su vez, particularmente significativas para Traba.