Mitos y realidades: narrativas de terror

Todos hemos crecido escuchando diferentes versiones de cuentos, mitos y leyendas que han formado parte de nuestra infancia y nos acompañan aún hoy. Por medio de nuestros padres, familiares y amigos, o de ese libro que, por alguna razón, todos teníamos en nuestra biblioteca de Mitos y Leyendas colombianas, cuya antigüedad ignoramos, conocemos historias como la del Hombre Caimán, La Patasola, La Llorona o El Mohán, cuentos que, seguramente, podemos relatar de memoria.

Los mitos y las leyendas son narraciones ricas en contenidos históricos y simbólicos que nos permiten conocer la cosmovisión cultural de una región o país. Mezclando lo místico con lo histórico y lo tradicional, y el amor con el desamor, estos relatos dan cuenta de experiencias tanto individuales como colectivas, y la manera en la que se perciben y construyen las relaciones interpersonales y con el entorno. Además, crean también un lazo entre nosotros que significan una conciencia cultural colectiva.

Flor Romero de Nohra, periodista y escritora colombiana, dedicó gran parte de su carrera a la recopilación y reescritura de diversos mitos y leyendas de las Américas, pues entendía la importancia de las tradiciones orales en nuestra sociedad.

«Esta colección se creó con el objetivo de afirmar la identidad y apoyar el diálogo pluricultural. Abunda en la creación de elementos para la construcción de una nueva visión de las Américas, mediante el enriquecimiento del lenguaje y la comunicación entre los pueblos»

Su antología Dos Mil Tres Lunas es una recopilación de mitos, ritos y leyendas que engloban el territorio desde Canadá hasta Argentina y retratan tradiciones, culturas, costumbres y creencias que hacen parte de todo un patrimonio cultural.

«Nuestro rico patrimonio precolombino permanece aún casi inédito. Somos un continente exuberante en historias míticas que continúan ocultas para el gran público y es necesario que sean conocidas, amadas y difundidas para estar orgullosos de nuestro pasado»

Valentina López, 2021. Fuente: BADAC

La Llorona, una de las leyendas más reconocidas en América, hace parte de la selección que hizo Flor Romero. Sin embargo, si bien la autora se basa en la historia que todos conocemos, hace una reescritura de este cuento con el fin de visibilizar un aspecto de nuestra realidad como sociedad. Aquí, queremos presentarles un pequeño fragmento de su versión de esta leyenda:

–[…] Es un espanto nuestro, y su efigie es la de una mujer desesperada a quien los españoles le robaron sus hijos y los mataron. Ella, angustiada, se internó en la selva y vaga por ríos, valles, bosques y cañadas buscando a sus retoños. Por eso dicen que a veces se roba a los bebés, pensando que son los suyos…

–[…] ¡Pobrecita! ¡Pobrecita esa Llorona! Me gustaría conocerla y decirle que no se desespere, que hay niños como yo que la quieren y la compadecen…

–¡Las cosas que se te ocurren! Ni lo vuelvas a decir, porque por invocarla se puede aparecer; y de verdad que su presencia es temeraria.

“– Mamá Señora… ¿y no hay espantos de niñas buscando a sus mamás perdidas? Mamá Señora, es que yo ya casi no creo en espantos de veras, porque con las cosas que uno ve en las épocas de violencia se terminan las sorpresas…

–¿Cómo así?

–Que no habrá espacios para llenar con los gritos desgarrados de tantas madres de ahora, a quienes las hordas violentas les han arrebatado a sus hijos […]

Mamá Señora se quedó muda. No supo qué contestar. No había sido un esfuerzo de mi imaginación. Era que de veras mis ojos de niña de cinco años habían visto a las madres llorando desconsoladas, porque los genios del mal habían matado a sus criaturas.

Mis pupilas habían visto, pues, un ejército de lloronas colombianas que ni siquiera asustaban porque estaban ahí. Enjuagaban sus lágrimas diamantinas todos los días y gritaban sin que nadie se compadeciera de sus voces lastimeras. Los espantos dejaron entonces de asustarme y creí en lo que todos los días repetía Papá Señor: ‘No hay que tenerle miedo a los muertos, sino a los vivos”.

Valentina López, 2021. Fuente: BADAC

La labor recopilatoria realizada por Flor Romero es de gran importancia, ya que no sólo contribuye a la reconstrucción de la memoria, sino también hace visible una parte importante y característica de la interioridad de una cultura, sociedad o comunidad, a la vez que aporta a la construcción y continuación de una identidad.

Por medio de sus propias narraciones podemos apreciar la manera en la que la autora percibía la cultura, identidad y experiencias características de la sociedad colombiana y latinoamericana. Como podemos ver en el cuento anterior, a través de la escritura la autora encuentra una oportunidad de resaltar sus intereses y preocupaciones y, más aún, una historia social que, por muchos años, ha aterrorizado a nuestra sociedad.

«Lo inmaterial nos ayuda a recordar que los fundamentos culturales de la mayoría de los pueblos han sido construidos gracias a tradiciones culturales milenarias […] Si toda forma de patrimonio cultural es frágil por su expresión inmaterial, aquella que habita el espíritu, la mente, el corazón del hombre, lo es de modo muy particular»

Flor Romero

Los invitamos a leer más de esta antología que tan cuidadosamente realizó Flor Romero, la cual cuenta con ocho tomos de historias de diferentes culturas americanas. Muy pronto podrán acceder al fondo de Flor Romero a través de la página del BADAC.